jueves, 2 de febrero de 2017

Paseando por la Almenara

Buenas…
Una de las cosas que mas me divierte, que mas me llena, es andar solo por el monte, Ojo!, que andar por el monte acompañado me mola mucho!!, pero eso de estar tu solo, atento nada mas que a lo que te rodea, en el silencio más o menos ruidoso que la naturaleza me quiera regalar en cada momento es quizás de las experiencias mas placenteras que yo me pueda regalar.
Como sabéis hace un par de semanas tuvimos un temporal de nieve por el sureste de la Península. Eso que solía ser habitual hasta hace no mucho en invierno, parece que cada vez e más raro. Y había que aprovechar el momento, porque si andar por el monte solo mola, si lo que se pisa es nieve, como que le añade un puntillo más placentero.
Tan solo tenía para mi escapada unas horas, así que no podía plantear irme muy lejos, teniendo clara la opción, darme un garbeo por la Almenara.
La Almenara no es una montaña excesivamente, no llega por poco a los 1.800 metros, siendo la cumbre de la Sierra de Alcaraz, que no de Albacete, que la tiene ahí en los confines provinciales, en Nerpio. Pero es una montaña muy bonita, con muchas posibilidades de andarla.
Como digo no tenía mucho tiempo, y lo que quería era andar, pisar nieve y poco más. Empecé a andar en el mismo Pueblo de Paterna de Madera, y un par de kilómetros mas allá la carretera ya estaba cubierta de nieve, encontrándome algún coche en la cuneta, con tanta nieve complicado no salirse de la calzada.
No lleve ni cámara de fotos ni prismáticos, me dedique a disfrutar del paseo, y de los “compañeros” de viaje que ocasionalmente aparecieron, que no fueron pocos, y algunos interesantes: luganos, escribanos cerillos, pinzones reales, trepadores azules, mitos, carboneros comunes, garrapinos, herrerillos capuchinos, cornejas, cuervo y demás pajaricos, y un zorro, que en una lejanas huertas escarbaba en busca de algo.
Al dejar la carretera y llegar al carril principal que lleva a pie de cumbre de la Almenara, mucho coche, y mucha gente que también había ido para allá a disfrutar de la montaña y de la nieve de muy distinta manera, esquiadores de fondo, padres con sus chiquillos haciendo muñecos de nieve, paseantes como yo, gente en potentes todoterreno (no entiendo esta manera de disfrutar de la naturaleza)…
Bueno, yo a lo mío, seguí para arriba, aunque ya consciente de que no iba a llegar a arriba por tiempo. En la Juanfría me detuve a escuchar y hacer fotos, e inicie la vuelta a Paterna. Unos 14 kilómetros hice, no mucho, pero lo suficiente para desconectar la mente de la historias que últimamente la tenían tristona.
Os dejo unas fotos del móvil.
Y por hoy, acabo.
Chauu.

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