jueves, 17 de julio de 2014

Fin de semana en Yeste: Voluntariado Proyecto Amphibia.

Buenas, y calurosas tardes…

El fin de semana pasado tuve la oportunidad de participar en un voluntariado organizado por la Asociación Columbares dentro de su Proyecto Amphibia. El objeto del voluntariado era arreglar una fuente, un abrevadero y construir una charca para anfibios (y demás bichejos) en un paraje cercano a la aldea de Boche, en Yeste (Albacete). Para allá se fue un servidor con Irene Álvarez Defez, Guillermo García-Saúco y Jess Stokes la tarde del viernes 11 de julio. Llegamos a eso de las 19:30 al complejo rural La Alberquilla, lugar que sería esos días nuestro centro de operaciones. Fuimos los primeros en llegar, y la gente por unas cosas u otras fue llegando a cuentagotas, así que nos tomamos algún cervezusco, cenamos y ya de noche decidimos explorar los alrededores del complejo rural.
Abandonando el recinto oímos una voz familiar que salía de una de las casas rurales. Inconfundible, Chobal, Cristobal Martínez, andaba por ahí con su familia. Desde fuera de la casa le vi, y metiendo el brazo por ahí le salude, creo que se asusto un poco, jajaja. El caso es que tras saludarnos, Chobal y familia se unieron a nosotros y nos fuimos de “safari”. Armados de linternas, frontales y cámaras de fotos empezamos a escudriñar por los muros de piedra, faroles, y vegetación. No tardamos en encontrar algo chulo. Bajo la luz de una farola que iluminaba sobre una pequeña tinaja usada a modo de macetero, un bonito ejemplar adulto de Empusa pennata llamo la atención. Niños y adultos estuvimos disfrutando de tan espectacular bicho hasta que a alguien le llamo la atención algo que había sobre la tierra del macetero. A algunos nos dio tiempo a ver algo antes de que se escondiera, tenía toda la pinta de una viuda negra, pero a pesar de intentar hacerla salir, y de visitar el sitio varias veces a lo largo del fin de semana, no fuimos capaces de volver a verla. A partir de ese momento las arañas, sobre todo las grandes arañas, aparecieron por todos lados, incluso en sueños.
Empusa pennata
Seguimos nuestra expedición, revisando un talud aguantado por un murete de piedra que nos dio mucho juego y localizando algún animalillo más. Sobre todo arácnidos (también polillas y alguna salamanquesa): opiliones, tegenarias, y arañas que erróneamente identificábamos como licosas tarantula (arañas lobos) aunque ya de vuelta a Albacete, viendo guías y consultando a gente que sabe pudimos distinguir dos especies entra la que considerábamos solo una: Hogna radiata y Lycosa hispanica. Ahora creo que ya nos resulta sencillo distinguirlas.
Akis sp.
Opilión, no sabemos especie, se agradece ayuda.
Tettigonia viridissima
Chlorisa cloraria
Myelois circumvulata
Rhagonicha fulva
Hogna radiata
Lycosa hispanica
Poco después Cristobal y familia nos dejaron, los niños tenían que dormir, pero nosotros aguantamos un poco más y seguimos nuestra exploración. Usando los frontales para localizar en la oscuridad los resplandecientes ojos de las grandes arañas (purpurina en el lenguaje de Jess) localizamos ejemplares enormes, por todos los lados había. Allá donde iluminaban nuestras luces, allá que resplandecían unos ojos, jeje, daba hasta picor en algún momento. Así estuvimos un rato mas hasta que decidimos retirarnos a nuestros aposentos, ya era tarde, y al día siguiente tocaba trabajar. Pero antes de entrar a nuestras habitaciones nos acercamos a un farolillo que había junto a mi coche, colocado cerca del suelo, y en el que vimos unas arañas enormes, seguramente las más grandes que yo jamás haya visto. No las identificamos en el momento, lo hicimos como con las otras ya en Albacete. Resultaron ser Eusparassus dufori, ya digo, una araña de dimensiones considerables, unos 7 centímetros los ejemplares que vimos.
Eusparassus dufori
El sábado era el día marcado para realizar todo el trabajo que teníamos que realizar, asi que tras un buen desayuno el grupo de voluntarios, unas 20 personas contando adultos, perros y niños nos fuimos a la fuente. Ahí nos explicaron los trabajos a realizar, y nos repartimos el trabajo. Mientras unos se dedicaron a realizar la charca para anfibios, un trabajo duro porque el suelo era duro como la piedra. Otros nos quedamos en el pilón, que también tenía lo suyo. Yo ya conocía el paraje, hacia no muchos años que había salamandras, pero una desafortunada actuación las alejo de ahí, alguien tuvo la brillante idea de forrar el abrevadero con fibra de vidrio y pintura, y claro, las salamandras no han vuelto a aparecer. Nuestra misión fue quitar toda la pintura y la fibra, encementado, con la esperanza de que en un futuro no muy lejano vuelvan las salamandras a habitar el pilón. Sudamos de lo lindo, el día fue uno de los más calurosos de lo que llevamos de verano, pero hicimos nuestro trabajo bien, dejando para la tarde (tras una cojonudisima paella que nos zampamos) el llenado del abrevadero, y alguna cosa más en la charca (también plantamos fresnos y almeces).





Como el llenado era lento, llevaría toda la noche, nos fuimos hacia La Alberquilla para darnos una buena ducha y llenar nuestros depósitos de combustible. Y así algunos cenamos en la terraza del restaurante, al fresco, contándonos peripecias. Tras esto, Gille, Jess, Irene y yo nos fuimos de nuevo de exploración, esta vez sin la compañía de Chobal y los suyos, para los niños había sido un día intenso, habían trabajado como los que más, y cayeron rápidamente rendidos. Esta vez nos alejamos un poco más del recinto hostelero, con la intención de encontrar otras cosas, quizás algún mamífero, o algún chotacabras. Pero no, no hubo suerte, y a pesar de buscar no apareció nada, salvo como la noche anterior, decenas de ejemplares de Hogna radiata y Lycosa hispanica. Aunque también vimos otro arácnido, que no araña, un ejemplar también enorme de Gluvia dorsalis, un solifugo brutalmente espectacular, que no es peligroso para los hombres, pero que da un yuyu que no veas. Volvimos a nuestros aposentos, ya estaba todo el mundo acostado, ningún ruido salvo el canto de un autillo, y la compañía de la superluna.
Eusparassus dufori
Salamanquesa
Agelena sp
Gluvia dorsalis
Hogna radiata
Hogna radiata
Lycosa hispanica

Como el sábado fuimos muy eficientes no dejamos nada de trabajo para el domingo, así que pensamos visitar algunos sitios de Yeste. Desayunamos, nos despedimos de la gente, esperando volver a encontrarlos pronto en una actividad parecida, y nos fuimos a Yeste donde Jess quería ver el castillo. Pero tuvimos mala suerte, estaba cerrado, así que nos dedicamos a callejear por algunos de los bonitos rincones de Yeste. En una calleja nos sorprendió el vuelo de una libélula, que finalmente dejo fotografiarse posada sobre la pared de una casa. De nuevo, como con los arácnido, no la identificamos hasta estar en Albacete, resulto ser Boyeria irene (libélula fantasma, o del crepúsculo).
Boyeria irene

El paseo por Yeste fue rápido, quería enseñarles a la gente muchas cosas, y se hacía tarde, y el calor apretaba ya. Fuimos hacia el Calar de la Sima, sin intención de subir porque no había tiempo, pero si con la de que vieran la que para mí es una de las vistas mas chulas de Albacete, y el que se ve desde el camino que sube al Mentiras desde el Cortijo de los Prados Altos.Una vez que se pasa la Peña de la Cabeza, la panorámica del Calar del Mundo y del hueco de Tus es indescriptible, no hay relato ni foto que le haga justicia.





Pero antes de llegar ahí, nos entretuvimos, sobre todo Jess y Guille, con mogollón de mariposas, por todos lados, de todos los colores.
Gonepteryx rhamni
Argynnis adippe
Argynnis adippe y Arginis pandora, de izquierda a derecha.
Melanargia lachesis
Ya algo asorratados, nos dimos la vuelta hacia el coche, con la intención de ir a algún lugar fresco. Fuimos hacia Collado Tornero, quería que mis compis vieran el sitio, la salida del estrecho del Diablo, un profundo cañón que talla el Tus en esta parte de Albacete, separando el Calar del Mundo de la Sima, un paisaje enormente bello. Bajamos al rio, y mientras Irene y yo lo recorrimos un poco, refrescándonos en sus cristalinas aguas, Guille y Jess se quedaron investigando por ahí.


Catocala nupta

Después de un rato decidimos buscar un sitio donde alimentarnos, y aunque no teniendo claro ir, tras unos consejos, nos fuimos a la Tobica, donde en su restaurante comimos bien, y a buen precio. Cerca de la Tobica un bicho enorme entro en el coche, yo conduciendo no me entero, pero por la parte de atrás si que hubo movimiento, susto gordo, Calcophora mariana, otro bicho enorme, y bonito.
Calcophora mariana
Tras comer, nos pusimos de nuevo en ruta, y fuimos hacia la fuente que arreglamos el día anterior, para ver si el abrevadero y la charca se habían llenado. Y así había sido, estaba todo muy bonico, daba gusto ver el trabajo terminado, pero más lo dará el día que vuelvan, que lo harán, las salamandras.



La tarde avanzaba, y había que ir pensando volver a Albacete, asi que decidi volver pasando por sitios chulos. Fui hacia la zona de la Parrilla, con la intención de ver algún punto de agua, pero estaba seco. De ahí fuimos hacia Molinicos, por las Quebradas, una aldea muy bonica bajo el Balcón de Pilatos, entre el Calar del Mundo y la Sierra del Cujón. De Molinicos a Elche de la Sierra, y antes de llegar a esta localidad parada (por sugerencia de Guille) en una charca en un arenero abandonado. Fue productiva, aunque no vimos anfibios, disfrutamos con una culebra de collar Natrix natrix. Espectacular reptil que yo llevaba tiempo sin ver, y que algunos de mis compañeros no habían visto nunca. En la charca algunos odonatos, sacamos 3 especies: Anas imperator, Sympetrum fonscolombi e Ischnura elegans, un caballito del diablo. Y ya volviendo al coche, Guille localizo una Empusa pennata, otro ejemplar adulto, no me canso de ver estos bichos, son tan espectaculares.
Natrix natrix
Natrix natrix
Ischnura elegans
Empusa pennata
Sympetrum fonscolombii
Quedaba una parada, la presa del pantano del Talave, donde hay una de las mayores colonias de avión común de la provincia. Decenas y decenas de nidos, y aviones por todos lados en actividad frenética, sin parar de capturar los miles de mosquitos que por ahí volaban (y que nos picaban) y de entrar a los nidos a cebar a sus pollos.


De aquí a Albacete, a finalizar este bonito fin de semana.
No me queda otra cosa que hacer que agradecer a mis compis Irene, Jess y Guille que finalmente se animaran a venir. Y a Paz Parrondo que contara con nosotros para esta actividad, pero sobre todo por su iniciativa con el Proyecto Amphibia.
Poco mas tengo que contar, Guille ha contado este finde también en su blog, con mas detalles que yo. Hasta otro rato. Chauu.

No hay comentarios:

Publicar un comentario