miércoles, 11 de enero de 2012

Subiendo al Calar del Mundo.

Buenas…
Con retraso voy a intentar contaros como se nos dio la excursión que el pasado día 4 de enero hicimos unos cuantos compañeros de la SAO por el PN de los Calares del Mundo y la Sima.
Sin duda, este espacio protegido es uno de los más importantes y bellos de España, parajes como el nacimiento de rio Mundo se encuentran entre los más visitados del país.
Uno de los complejos kársticos más importantes de la península, con más de 960 dolinas.
Botánicamente hablando, alberga más de 1300 taxones, entre ellas dos especies en peligro de extinción (Coincya rupestris y Sarcocapnos baetica), y unos 250 taxones de hongos.
Si hablamos de reptiles, 17 son las especies catalogadas (entre ellos lagartija de Valverde, Algyroides marchi) y 8 de anfibios. En cuanto a aves, por internet he leído que 109, pocas me parecen, sería interesante pegarle un buen repaso y seguro que la cifra aumentaría notablemente.
En cualquier caso es un lugar excelente para la observación de rapaces.
La mayor parte de la escasa población de buitre leonado Gyps fulvus de la provincia de Albacete nidifica aquí. También lo hacen algunas parejas de águila-azor perdicera Hieraaetus fasciatus, águila real Aquila chrysaetos, halcón peregrino Falco peregrinus, etc. Cada vez es más fácil observar ejemplares en dispersión de águila imperial Aquila adalberti, incluso algún buitre negro Aegypius monachus ha asomado por ahí. Además, con un poco de suerte se puede gozar del vuelo de alguno de los quebrantahuesos Gypaetus barbatus liberados en el programa de reintroducción que se está llevando a cabo en Andalucía, el mejor lugar de la provincia desde luego para ver esta especie.
Motivos para visitar este Parque Natural no faltan, así que aprovechando las vacaciones que algunos tenían estas Navidades decidimos realizar una excursión por este espacio.

Lo habitual suele ser subir al Calar del Mundo por el norte, la zona sur queda más alejada y tiene peores accesos. Por eso el sur está mejor conservado, menos masificado, y por lo tanto menos andado.
Empezamos a andar en una pista que sale a la derecha (si recorremos la carretera en sentido contrario a las agujas del reloj) de la carretera que recorre el hueco de Tus, entre las aldeas de los Tejeros y el Carrascal. La pista esta asfaltada y va trepando por la ladera del Molejón de Moropeche, buscando el collado que separa esta mole, del Calar del Mundo, ese era nuestro primer objetivo.
Pero tras los primeros metros recorridos, dos de los ejemplares que formaban parte del singular grupo expedicionario intentaron amotinarse, alegando que era tontería andar por pista asfaltada pudiendo subir en coche hasta casi arriba del Calar. Y digo yo, que quizás tuvieran razón si el

objetivo de la excursión fuera llegar arriba, pero el objetivo era el camino entero. Arriba esta el Calar, solo piedra, un paisaje hermosísimo, lunar. Pero la ascensión por la ladera del Molejón no es menos bonita, entre pinos, con los paredones del Calar asomando entre ellos. Los buitres con sus vuelos nupciales rondando sus lugares de nidificación. Grupos de mito Aeghitalos caudatus buscando alimento, cruzando delante de nuestras narices, un trepador azul Sitta europaea reclamando a lo lejos, otro trepando por el tronco de un pino, como el pico picapinos Dendrocopos major, o los agateadores Certhia brachydactyla que a muchos les pasaron desapercibidos. Tampoco hubiéramos visto la pareja de águila real que regenta este territorio (bueno si, arriba si la vimos un momento, nada más), ni escuchado al halcón peregrino que también mora por aquí. Pues eso, que digo yo que lo importante no es llegar, si no muchas veces como has llegado. Y si vale el paralelismo sexual, no el orgasmo, si no también los prolegómenos, jajajaja.
Ese carreteril asfaltado merece la pena andarlo, apenas tiene tráfico, no se si vimos 2 coches en toda la mañana, y es durete, hay pendientes del 25 y 30 %, en apenas 4,5 kilómetros se sube de los 1000 metros a los 1500. Y como he dicho, aunque solo sea por las vistas, las distintas panorámicas según vas tomando altura merecen la pena. Pero como dicen: “cá uno, es cá uno”.
A los 3 kilómetros el asfalto desaparece, la pista ahora es ya tierra, y cuando ya está a punto de llegar al collado, al puerto, se convierte en un sendero. Como ya he comentado antes, subiendo, y ya llegando arriba, disfrutamos primero de una pareja de reales, luego del macho, picando, buscando alimento, una gozada.
Arriba del todo el sendero es difícil seguirlo, esta poco transitado, pero se intuye. Los pinos
van desapareciendo, llegamos a la pradera del collado, un sitio delicioso, que invita a descansar, a la siesta, jeje. Por aquí vemos algún avión roquero Ptyonoprogne rupestris.
Pero seguimos, nos adentramos en el Calar. Paisaje desolador, inmenso, hermosísimo. Como si estuviéramos en la luna, solo roca, y torcas y dolinas, a modo de cráteres lunares terminan de ambientar el lugar. Ya no hay mucha pendiente, estamos en todo el alto de los calares, solo alguna de las cumbres del Calar (Argel, Viboreros, etc, destacan en el relieve. Buuah!, ¡me
parece un sitio fabuloso!. Nos ponemos a andar por aquí proponiéndonos llegar hasta una ligera elevación el Poyo de Alrós (1576 metros). Desde aquí contemplamos unas brutales vistas del Calar, delante, al norte, Viboreros (1654) más a la derecha, al noreste el Argel (1699), bajo nuestros pies el valle que forma el Arroyo de Tus, que habrá que andar esta primavera buscando “cosas”. Hacia el sur el Calar de la Sima (1896) más a lo lejos la Sierra de las Cabras (2080) y no mucho mas allá, ya en Granada la Sagra (2381). Entre el Calar del Mundo y el de la Sima, el huevo de Tus, como si fuera el fondo de una cazuela cuyas paredes son las montañas que lo rodean casi por completo, salpicado de pequeñas aldeas. Me maravilla esta zona, tan distante paisajísticamente hablando de las llanuras manchegas.
Como a esas horas ya estábamos con hambre, nos buscamos un lugar al resguardo de la brisilla que corría en lo alto, y zampamos. Paco Hidalgo saco una botella de vino, ya un clásico en las salidas campestres de la SAO. Y mientras la mayoría le daban a las mandíbulas otros nos entreteníamos intentando fotografiar un acentor alpino Prunella collaris que por ahí se alimentaba o alguna de las lagartijas ibéricas Podarcis hispanicus que se movían por el
pedredirio, increíble!, 4 de enero y lagartijas por todas partes a 1500 metros de altura!!.
Y tras comer, el descenso, facilote y rápido cuesta abajo, aunque al pasar por la praderita del collado a alguno le dio ganas de sestear. Cuesta abajo, ligeros como he dicho, aun hicimos alguna paradilla para admirar los cortados del Calar, iluminados cada vez más por los últimos rayos del día que se iba escapando. Mientras bajábamos analizamos y dimos solución a la crisis, cotilleamos, y tramamos próximas “expediciones científicas”.
Una vez abajo, como aun nos quedaba algo de tiempo hasta de que se apagara el sol, nos fuimos al pie de una buitrera, a disfrutar de los vuelos del enorme buitre leonado. A observar como entraban a los nidos tras sus correrías diurnas en busca de carroña.
Y con esto, y unos cafés y pastas que nos tomamos en los Giles acabamos la jornada.
Creo que no se olvida nada.
Disfrutamos de se esplendido día: Juan Carlos Pastrana, Paco Hidalgo, Jesús Arribas, Miguel Arroyo, Rafa Martínez, Maribel y yo mismo.
Chauu.






4 comentarios:

  1. Un lugar maravilloso, Rafa!! Parece mentira que tengamos este tesoro tan cerca y algunos ni lo sepan.
    Un saludo

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  2. ¡Vaya excursión Rafa! Menudo lugar.
    Saludos!!

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  3. Muy buena ruta Rafa... por cierto, echo de menos una entrada sobre tu última visita a las Tablas... ¿Cómo fue la cosa?...

    Saludos.

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  4. Pues regular. Estuvimos en Navaseca a primera hora de la mañana, y muy bien, de todo y bastante cerca. Las Tablas un poco decepcionante, poco bicho. Lo mas reseñable un arqhibebe fino en uno de los observatorios de la ruta de Pradoancho. Por la tarde grullas, pero lejos. UN grupo grande frente a la isla del Pan y otro mas lejano, entrando muchas por encima de Villarubia de los Ojos. NO he subido una entrada, porque la verdad, hice muy poquitas fotos, y sin fotos no me inspiro. A ver si esta primavera o para ya verano vuelvo.

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