Yetas es una aldeílla de Nerpio, y el epicentro de una especie de terremoto ornitológico que está sacudiendo Nerpio, y no solo ornitológico, todo lo referente al medioambiente parece que está tomando auge en la zona. Desde el Ayuntamiento de esta localidad se han dado cuenta de que no solo de canteras, y demás actividades agresivas con el entorno se puede vivir, parece que la idea de aprovechar de manera racional los recursos de la Tierra está calando y van surgiendo proyectillos interesantes. Y muestra de ello es la instalación en Yetas de una caseta de anillamiento, que de momento utilizamos en la SAO, pero que cuando este y otros proyectos paralelos comiencen a ser gestionados conveniente se ofrecerán a grupos de fuera, contara con programas de voluntariado y demás. Junto a esta caseta, la creación de un observatorio junto al muladar de Mingarnao, la señalización de itinerarios ornitológicos y demás, conformaran, creo, una oferta pajaril sumamente atractiva, que esperemos sirva a esta gente para buscarse un futuro prospero y alejado de actividades destructivas del entorno.
La caseta ya está instalada, quizás un tanto precipitadamente, habría que haberle dado más vueltas a su ubicación, pero está hecha, que es lo importante. Ahora solo queda buscar una buena ubicación de las redes y poner en marcha todo el proyecto.
Ala!, dicho esto, decir que la mañana del día 3, como ya habíamos montado las redes la tarde de antes, nos permitió abandonar nuestros cuerpos en la cama unos poquito más de lo acostumbrado. Además, es que desde la aldea a la caseta hay 5 minutos de coche. Fuimos a la caseta, abrimos las redes, y a esperar a que fueran cayendo las aves de la zona. La cosa no fue del todo mal, no fueron muchas las aves, 26, pero si las especies, 14. Y tuvimos la ocasión de entretenernos con unos cuantos Escribanos Soteños (Emberiza cirlus), entre otras cosas que podréis ver en la tabla que pondré más abajo con los anillamientos de estos días. Tras pasar unas horas anillando decidimos desmontar el chiringuito ya cansados de tanto anillamiento y con ganas de dedicarnos a ver los paisajes hermosos que nos ofrecen estas tierras.
La idea era recorrer el límite entre Albacete y Jaén, por la tarde de ese día el Zumeta, a la mañana siguiente el Segura.
A lo mejor pensáis que me tira mucho mi tierra, que no soy objetivo y demás historias. He tenido la suerte de viajar algo por España, conozco muchos sitios, y os puedo asegura que esta zona fronteriza entre Albacete y Jaén es de lo más bonito que nuestro país nos regala a los ojos.
El Zumeta es un afluente del Segura que nace en Santiago de la Espada (Jaén) y que se une a este rio en las Juntas de Miller. Al principio, en Santiago, trascurre por un valle ancho, profundo pero amplio. Sirve de límite provincial entre Albacete y Jaén, limite administrativo, por que en otros aspecto lo mismo hay a un lado que al otro. Es un valle hermoso, donde no es difícil observar rapaces, Buitres Leonados (Gyps fulvus), Águilas Reales (Aquila chrysaetos), Halcones Peregrinos (Falco peregrinus), Alimoches (Neophron percnopterus) , entre otros, campan a sus anchas por estos cielos. En el pantano de la Novia, o de la Vieja, el valle se estrecha, se estrecha al máximo, enormes paredones cercan el rio que se pierde en la inmensidad de estas paredes.
Pues a eso es lo que dedicamos la tarde, a recorrer el Zumeta aguas arriba, hasta Santiago de la Espada, donde paramos a tomar un helado y a observar las magnificas vistas que tiene este pueblo, y a recorrerlo aguas abajo, hasta las Juntas, de ahí fuimos al pantano de Anchuricas, un momentillo, para enseñárselo a la gente, merece la pena. Y vuelta a las Juntas, a remojar el agua en las pozas que el Segura forma en este sitio.
Por la tarde subimos a Gontar, aldea de Yeste, donde pasaríamos noche en Casa Pedro, os lo recomiendo. La zona tiene sorprendentes establecimientos hosteleros, todos de muy buena calidad, y este es uno de los que destaca. Ya solo estar en su terraza, con magnificas vistas al Calar de la Sima merece la pena.
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