A la mañana siguiente no había que madrugar, así que nos levantamos a un hora razonable, bajamos al restaurante a desayunar abundantemente y tras recoger la habitación, nos metimos en el coche para poner rumbo a Yeste. La carretera era la misma que habíamos usado la tarde anterior, salvo que ahora en vez de tener de compañero de viaje al Zumeta, teníamos al Segura. Un Segura recién nacido, de aguas cristalinas y veloces. En algunos tramos parece un rio de película, da la impresión de que va a salir algún oso a pescar salmones. Vamos pasando por lugares que hubieran merecido solo ellos un día para disfrutarlos, pero había prisas. El Puntal de Rodas, Parolix, La Sierra de los Molares, Tinjarra, la Cuerda de la Melera, el Puerto de la Borriqueta, tendrán que esperar para hacerles una visita.
De Yeste fuimos a Tus, al hueco de Tus. Una especie de cazuela enorme, donde Los Calares del Mundo y de la Sima (Parque Natural) encierran un montón de aldeas y cortijadas donde uno pasaría largas temporadas explorando los mil hermosos parajes que por aquí hay. En Collado Tornero vimos como el Arroyo de los Marines caía cantarín por varios saltos y pozas hasta juntarse al rio Tus. Imponentes las vistas que hay desde esta aldea en las faldas del Calar de la Sima, al final del Estrecho del Infierno, con paredes de 400 metros de altura, y al que la única forma de acceder es metiéndose en el rio. Al sur vemos los pies del Calar de la Sima (1897 metros), demasiado alto y cercano como para poder ver su cima. Desde ahí fuimos a dar una vuelta por la carretera circular que recorre el “hueco de Tus”. Es este otro de los sitios hermosos de Albacete, una carretera que invita a caminarla, a montarla en bici, a dejar el coche por ahí tirado y disfrutarla, pero que nosotros con prisas dejamos esto para otra cercana ocasión. Paredones altos, larguísimos, vistas impresionantes del Calar del Mundo, del de la Sima, del Puntal del Avellano, de la Molata del Imperio, del Molejon de Moropeche, del puntal de la Encomienda. Buitres por todos lados, algún Águila Calzada (Hierraetus pennatus) también.
Volvimos a Yeste para comer, y de paso visitamos su Castillo, muy bien restaurado, y con un museo etnológico en su interior que merece la pena visitar.
Y ya está, siento este larguísimo rolloooo, pero os tenéis que aguantar. Seguro que os hubiera gustado que me entretuviera hablando mas de pájaros, o de piedras, o de vegetales, o yo que se, pero esto es lo que ha salido. De todas maneras espero que esto os anime a visitar esta zona, os aseguro que si lo hacéis, repitiereis.
Saludos.
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