martes, 11 de agosto de 2009

Por Nerpio y Yeste. Parte I, La Dona


Buenas …

Entre el 31 de julio y el 4 de agosto pude pasar unas interesantes jornadas pajariles (y gastronómicas) en tierras de Nerpio y de Yeste.

Muchos tendréis la impresión de que Albacete es una provincia llana, monótona, fea. Seguramente lo único que conozcáis son las bastas llanuras agrícolas atravesadas por la autovía que del centro peninsular lleva a Levante. Llanuras monótonas de las que de vez en cuando surge una serrezuela plagada de aerogeneradores. Hay un desafortunado dicho que reza así: “Albacete caga y vete”. Se supone que no hay nada interesante que ver por aquí, que Albacete es una ciudad fea en una provincia fea. ¡Pues de eso nada monadas!. Albacete es una provincia rica en paisajes, cierto que tenemos mucha llanura, pero la llanura no es monótona, es rica y llena de matices, y riquísima en fauna. Tenemos unos cañones fluviales impresionantes, impresionantes y pocos conocidos. El Segura, el Mundo, el Júcar rompen la provincia formando unos farrallones interminables, marea mirar desde arriba hacia abajo intentando adivinar por dónde va el rio, marea mirar desde abajo hacia arriba intentando alcanzar el final de las paredes. En el fondo de estos cañones se esconden unos sotos fluviales a veces perfectos, a veces castigados por el hombre, pero siempre hermosos. Tenemos lagunas, como no hay en otras provincias: Lagunas de Ruidera, Los Ojos de Villaverde, La laguna de Petrola, etc. Y tenemos montaña, ¡muchiiiisiiimaaaa montaña!. Las Sierras de Alcaraz y el Segura atraviesan el cielo de la provincia con sus cumbres, montañas de más de dos mil metros como Las Cabras, o que no llegan por poco a esa cifra por poco con el Mentiras. Montañas como el Argel, el Padroncillo, La Almenara, El Padrastro, El Mentiras, el Sarga-Padrón, que cuidan como gigantes el sur de la provincia, conformando un relieve agreste, tortuoso, pero hermosísimo.


Veo que me estoy poniendo cansino y un tanto pedantillo, así que intentare ir más al grano. Estos días nos toco pajarear por el Albacete extremo. Extremo no solo por su climatología, si no por la distancia a la capital. Ya era extremo hace cientos de años, cuando cristianos y árabes se mataban a diestro y siniestro en esas tierras ya por entonces fronterizas, batallas que dejaron como vestigio multitud de fortalezas.

Pues eso, el día 31 (viernes) de julio, después de currar, enfilamos nuestros coches hacia Nerpio. Viaje largo, a quien se le diga que para ir a un pueblo de tu provincia tienes que dedicar 2 horas de coche igual no se lo cree. Pero así es, ahí está Nerpio, casi llegando a Granada, entre Murcia y Jaén, donde acaba Albacete al sur. Tras llegar a nuestro centro de operaciones, el Cortijo de Ramón Petra, entre Nerpio y la aldea de Pedro Andrés, nos dirigimos a comprobar cómo se encontraba La Dona, el paraje donde a la mañana siguiente íbamos a ir a anillar. Llevamos ya muchos años anillando en ese lugar en los sotos del Taibilla, arroyuelo del que parece mentira se saque suficiente cantidad de agua para regar y dar de beber al norte de Murcia y al sur de Alicante. Y nunca defrauda.

Tras comprobar que la zona estaba perfecta, que el rio llevaba agua, que no habían metido ganado en mucho tiempo y la vegetación estaba bien, nos fuimos a cenar al restaurante de los Enebros. En la sierra se come muy bien, todo bueno y en abundancia. Esa noche descubrí un gran invento de Mahou, las botellas de 66 cl, 2/3. ¡Qué grande es Mahou!. Tras la abundante comida, la bebida, incluida licorcillos de la zona, nos dirigimos a nuestro alojamiento cien metros más allá del restaurante y depositamos nuestros cuerpos en las camas puesto que al día siguiente tocaba madrugar, como casi siempre.

A las 6 a.m. del día siguiente ya estábamos poniéndonos en marcha para dirigirnos a La Dona a montar las redes, y poco después de las 7 ya estaban todas ellas abiertas. Como ya dije antes La Dona nunca falla, siempre da buenos resultados a la hora de anillar. En la entrada sobre Yetas pondré una tabla con todo lo anillado estos días, no quiero aburriros con demasiados nombres. En total se capturaron 47 aves, cinco controles, de 14 especies. Lo más reseñable fue el anillamiento de un joven de Curruca Mosquitera (Sylvia borin). Es esta la única localidad de la provincia de Albacete donde hemos constatado la reproducción de esta especie, algo tendrá el sitio.

Tras anillar nos fuimos a comer a Yetas, como no podía ser de otra forma nos hinchamos a zampar, y como tras el ágape nuestros cuerpos no estaban para muchos trotes, volvimos a nuestro centro de operaciones a disfrutar de la reglamentaria siesta. Y tras esta, vuelta a las andadas. Pusimos rumbo a la Solana de Las Covachas, el lugar donde anillaríamos la mañana siguiente, para comprobar cómo estaba el lugar. Como nos pillaba de paso nos acercamos a las Fuentes del Taibilla, lugar donde nace este rio-arroyo, que no sabemos de que milagrosa manera se las apaña para dar de beber y regar a parte de Murcia y Alicante. Mientras estábamos ahí un Águililla Calzada (Hieraaetus pennatus) y 4 Águilas Culebreras (Circaetus gallicus) se pasearon por los cielos del lugar, también algún Buitre Leonado (Gyps fulvus).

Por la noche cenamos en El Molino de Nerpio, algo ligerito, ya habíamos zampado mucho, y mucho quedaba por zampar.


Curruca capirotada (Sylvia atricapilla)

Curruca capirotada (Sylvia atricapilla)

Mahou 66clr, que gran invento!

Mito (Aeghitalos caudatus)

Joven Escribano Montesino (Emberiza cia)









Fuente del Taibilla

Torre de Taibona

Joven Petirrojo (Erithacus rubecula)


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