Uno de los vecinos de Mi Nido es el macho de Águila Perdicera (Aquila fasciata) de las fotos. Es mi vecino mas querido.
Hace creo ya 6 años, tengo muy mala memoria, descubrí (donde después estaría mi nido), el nido de una pareja de perdiceras que hasta entonces habían pasado desapercibidas para los pajareros de Albacete. No esta en un sitio lejano de la capital, ni lejano ni escondido, hay una carreterilla que pasa a escasos 200 metros del nido. Pero ahí permaneció oculto hasta que un día se me ocurrió pasar por esa carreterilla y toparme de bruces con el colosal nido. Evidentemente no era el primer año que esa pareja estaba por ahí, el nido es tremendo, imposible creo yo que acumularan cantidad tan bárbara de leña en una sola temporada de cría.
Desde entonces no ha pasado prácticamente ningún mes en el que no haya visitado el nido. Me puedo tirar horas contemplando a distancia el cielo para ver aparecer alguno de los miembros de la pareja, para verles sus espectaculares paradas nupciales, contemplando el cuidado exquisito con que la hembra trocea la carne que el macho le lleva para alimentar los pollitos, observando como desde sus posaderos controlan con cuidado su territorio para salir prestos a defenderlo.
En 6 años siempre han criado en el mismo nido, no hay otro además por la zona, siempre ahí. No como otras perdiceras, que de vez en cuando cambian de nido para así evitar los parásitos que en ellos suelen habitar.
Siempre han criado en ese nido, pero no siempre lo han hecho con éxito. Un año la construcción de un tendido eléctrico de alta tensión en las cercanías del nido hizo que abandonaran el nido en plena época de reproducción. Ese año no hubo pollitos, y eso en una especie que esta en peligro de extinción es un drama. Cada nidada que se pierde son unos pollitos que no volaran, que no sustituirán a los adultos que mueren de causa natural, pero que fundamentalmente mueren electrocutados, envenenados, tiroteados. Cada vez hay menos Águilas Perdiceras en España, y no es un descenso leve, poquito a poco. Es algo que parece no tener freno, y que como no hagamos algo va a llevar a una de nuestras mas hermosas águilas a la extinción.
Hace dos años, también en época de cría, el macho apareció con una de sus patas totalmente estirada, cojo. Avise del hecho, y tras comprobar que esa cojera no mejoraba se decidió por parte de la Delegación de Medioambiente dar alimentación suplementaria a la pareja. Esto no es darle vitaminas, ni un jarabe, si no facilitarles una de sus piezas favoritas de caza con la esperanza de que ese año salieran adelante los pollos. Y salieron, y no solo por la alimentación suplementaria, si no porque “El Cojo” tiene un par de “huevos”. Por que no solo aprovechaba la alimentación que cómodamente le facilitaban, si no porque el cazaba, a pesar de su tullida pata.
Y no solo cazo, también defendió su territorio, y lo defendió con bravura. Lo mismo le daba que fueran adultos de Águila Real (Aquila chrisaetos), que de Imperial (Aquila adalberti), que las dos especies al mismo tiempo. Hace unos meses vi una pelea entre una Real y una Perdicera, se estaban dando de lo lindo. Al poco apareció “El Cojo” y después de unas pasadas y de quitarles algunas plumas, los hecho. Que mala leche tiene “El Cojo”, pero si no es por esa mala leche dudo mucho que hubiera salido adelante con su lesión.
Dos años después sigue en la brecha, pero este año su nidada se ha vuelto a ir al traste. La misma Delegación que decidió un día darle alimentación suplementaria ante su reciente cojera, ha decidido este año que los propietarios de una chopera podían cortar los chopos justo en época de reproducción, justo delante del nido. Moto sierras cortando madera sin cesar, maquinaria sacando los troncos, gente arriba y abajo. Este año tampoco habrá pollitos en el nido, otro nuevo golpe bajo a la conservación de una ave en PELIGRO DE EXTINCIÓN. Como me gustaría conocer al lumbreras que dio ese permiso, ¿que tendrá en la cabeza ese técnico que trabajando para el Medioambiente da permiso para cortar arboles delante del nido de una ave amenazada de extinción?.
En fin, a pesar de todo “El Cojo y su pareja siguen por ahí. A ver si el año que viene hay más suerte, y puede sacar 2 o 3 pollitos adelante. ¡Ojala!.
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