Esta mañana me acerque a la Reserva Natural Laguna de Pétrola a ver que se movía por ahí. Los flamencos están ya con el display sexual, un poco adelantados quizás, sin mirar notas me parece que un mes adelantados están. Tiene toda la pinta de que este año volverán a intentar a criar, pero veremos. Aunque la laguna parece que tiene buen nivel de agua, no esta lloviendo nada este invierno, veremos si aguanta la laguna así todo el periodo de reproducción.
Me he llevado un disgusto, otro mas a la lista de disgustos que me llevo prácticamente cada vez que voy a visitar la laguna. Si no es gente andando por los diques de la antigua salinera, cosa prohibida, son paseantes en sitios indebidos, pastores conduciendo a sus rebaños sobre vegetación protegida, basura en el observatorio de aves, etc. Pero con diferencia me parece que lo que más está dañando a la laguna son los nuevos cultivos que se están desarrollando alrededor de la laguna, muchas veces llegando hasta casi la orilla. La orilla norte está casi desaparecida, salvo una orla de escasos metros, el resto son nuevas
plantaciones de árboles, almendros fundamentalmente. Hoy me he encontrado una nueva plantación en la orilla Este, se ve que está de moda plantar arbolitos, donde no se deben plantar arbolitos. Ya puse esto en conocimiento del director conservador de la laguna, a ver qué pasa. No deseo sanciones para nadie, pero espero que quiten los arboles como mínimo.
No le veo bonito futuro a esta laguna, todo lo contrario. Que poco valoramos nuestra riqueza natural!!.
Cabreado por esto decidí irme de la laguna, y mientras lo hacía observe 7 ejemplares de calamón común, una especie que cada vez es más fácil ver en este humedal.
Entre Pétrola y Corral-Rubio más niebla, tanta que de repente me encontré prácticamente rodeado de grullas sin haberme dado cuenta. A las grullas
no les agrado mi presencia, volaron unos 100 metros, y ahí se quedaron alimentándose en un campo de cereal. Intente ver si alguna llevaba anillas, pero nada. Un rato largo después, se escucho lejano el trompeteo característico de la especie, y apareció volando otro grupo de grullas, pasaron sobre las que se alimentaban, sobre mí, y se posaron unos 500 metros más allá. En total, entre los dos grupos, 157 ejemplares. Seguí un rato más con las grullas, disfrutando de su presencia, simplemente mirando, sin prismáticos, ni cámara de fotos, hasta que un tractor las asusto y volaron hacia donde se encontraban las otras, entonces me fui.
Os dejo por aquí abajo algunas fotos más.
Chauu.
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