miércoles, 29 de febrero de 2012

Avutardas

Hola…
Bonita tarde casi primaveral la que he pasado con mis avutardas Otis tarda. Y digo que son mías porque pronto hará un año desde que empecé a seguir sus movimientos por la ZEPA “Área Esteparia del Este de Albacete”. Las he visto durante meses, a diario. Otros meses menos, pero 2 o 3 visitillas a la semana les he hecho. Son desconfiadas de todas formas, a pesar de verme a menudo no se fían de mi, y hacen bien, los humanos no somos bichos de fiar. Este grupillo de machos es parte de un grupo más grande que la semana pasada ya estaba colocado en su lek. Algunos machos ya se exhibían, no a tope, pero al menos ya calentaban y ensayaban para el espectáculo que nos ofrecerán en breve. Sin embargo el sábado a unos irresposables se les ocurrió hacer una ruta senderista que pasaba por todo el centro del lek. Evidentemente ahí no quedo ni una avutarda, las hembras que ya estaban también esperando la exhibición de los machos se retiraron. Pero los machos, no sé porque mas huidizos, volaron, se dispersaron por la zona en varios grupos. Como los senderistas siguieron toda la mañana por la zona, arriba y abajo, las
avutardas acabaron abandonando l lugar. Entre los senderistas vi algunos con telescopio, no veáis como me dolió, hay que ser irresponsable, es que no me cabe en la cabeza que alguien con dos dedos de frente cometa tal disparate. No me vale la escusa del desconocimiento de la zona, de sus valores, no vale.
El caso es que desde ese día el grupo de machos no ha vuelto al lek, se han reagrupado, pero no terminan de animarse a volver. Las hembras siguen en el, aunque no todas.
Esta tarde localice un grupillo de machos, y me quede con ellos, observándolos a distancia. Mientras se alimentaban en un rastrojo, un mochuelo Athene noctua “maullaba” desde el majano que había a mis espaldas y cientos de calandrias Melanocorypha calandra volaban a ras de suelo, sobre campos de cereal castigados por la sequia que padecemos. Y así pasó la tarde, el sol se escondió estando observado a los “barbones”. Y qué bonita es la noche en el campo, solo, pero acompañado.

Disculpar la mala calidad de las fotos, pero entre la lejanía, la falta de la luz, y que mi cámara no da para mas, mejor casi imposible.
Chauu.
















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