lunes, 28 de noviembre de 2011

La espera

Hola…

Esta mañana después de estar pajareando por la laguna de Pétrola me di un garbeo por los campos que hay entre el pueblo de Pétrola y Corral Rubio. Es un terreno ondulado, con un color de tierra rojizo, muy bonito, donde se cultiva fundamentalmente el cereal de secano.
Por estas fechas empiezan a asomar el trigo y la cebada, y algunos patos aprovechan los primeros brotes para alimentarse, fundamentalmente ánades azulones Anas platyrhynchos. Observado un grupo de estos estaba yo cuando todos a una han levantado el vuelo, les he seguido con los prismáticos intentando averiguar hacia donde se dirigían. De repente he visto como algo caía del cielo a enorme velocidad chocando contra uno de los patos, han saltado plumas por todos lados, y el pato ha caído girando sobre sí mismo contra el suelo. Junto a él, a unos metros se ha posado lo que había chocado contra el, un halcón peregrino Falco peregrinus, y no había chocado, lo había acuchillado.
La pata, el azulón era una hembra, estaba malherida, se levantaba y volvía a caer, no se movía del lugar donde cayó. A veces picoteaba el cereal, alimentándose, ignorando que su tiempo acababa. El halcón impasible no quitaba los ojos de su presa, esperando. Tranquilo, consciente de que el tiempo estaba de su parte. No se si esperando a que la pata muriera ahí mismo, o a que levantara el vuelo de nuevo para rematarla en el aire.
Durante media larga hora estuve observando, esperando a ver como se resolvía la escena. Hasta que llego el momento en el que entendí que yo ahí ya sobraba. Había visto la habilidad del halcón al cazar a la pata, había visto a esta como se resistía a morir. No hacía falta ver más, y me fui, todos sabemos imagino como acabo todo.
Saludos.

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