martes, 2 de agosto de 2011

Escocia, verano 2011. Islas de May y Bass Rock.

Buenas…

A principios de Julio unos cuantos miembros de la SAO estuvimos 8 días de viaje por Escocia.
Aunque muchos de vosotros habéis visitado ya esas tierras, no me resisto a contar al menos un poco como se no dio la cosa, porque habrá gente que no conocerá ese país, y que a lo mejor aun está pensando en algún sitio donde pasar las vacaciones, de este u otro año.
Muy bonito, todo muy bonito, Escocia me ha sorprendido muy gratamente. Aunque ya sabíamos a dónde íbamos, hasta que uno no ve las cosas en persona parece que no termina de creérselo.
Precioso el paisaje de Glencoe Valley, los pigargos Haliaeetus albicilla en Raasay, los araos aliblancos Cepphus grylle en Nest Point, los delfines en Chanonry Poiny, las nutrias Lutra lutra en Broadford y Kylerhea (hermosísimo paisaje), las águilas pescadoras Pandion haliaetus de Kingcraig, Cairngorms, Eilean Donan, ¡tantas y tantas cosas bonitas!.
Después de ver todos estos sitios solo quedan ganas de volver.

Poco a poco subiré alguna entrada contando algo de cada sitio y enseñando fotos. Hoy me voy a centrar un poco en lo que vimos uno de los días que pasamos ahí, el día que estuvimos en las islas de Bass Rock y May. Para mí el mejor día de mi vida en cuanto a naturaleza se refiere, las sensaciones de ese día indescriptibles. Uno se siente como dentro de un documental de la tele, no hay palabras para describir lo que ahí se ve.
A ver, os cuento. Las dos islas están en Firth of Forth, fiordo donde está la ciudad de Edimburgo, a unos 40 kilómetros al este de la misma se encuentran los dos islotes. Aparte de ser bastante accesibles, por la cercanía a la capital escocesa, son las mejores islas de Escocia para ver aves, las mayores poblaciones de alcatraz Morus Bassanus y de frailecillo Fratercula arctica se reproducen en ahí.
Para visitar las islas nos pusimos en contacto con el Scotish Sea Bird Center, contratamos con

ellos una lancha que nos llevaría a dar una vuelta por Bass Rock y luego desembarcaríamos en May unas horas. Se puede desembarcar en Bass Rock, se puede pedir permiso, pero nuestro grupo era numeroso y en esta isla solo pueden desembarcar 9 personas al día, o todos o ninguno.
Bass Rock es de origen volcánico, chiquitita, 100 metros de altura, pero alberga la mayor colonia mundial de Alcatraz, al que le da su nombre científico, 175.000 aves de esta especie habitan la isla. Según David Attenborough es una de las maravillas de la fauna del mundo. Ya de lejos, impresiona ver el peñón blanco, no ya por los excrementos de las aves, si no por la
cantidad de alcatraces posados en sus rocas. Sobre ella una nube de aves, como si fuera un tornado enorme blanco dando vueltas sobre la roca. De cerca es impresionante, el griterío de las aves, sus vuelos, la bestial cantidad de aves, y lo cerca que se ven impresionan.
A pesar de no desembarcar, nos acercamos mucho a los acantilados, casi se podían tocar las aves. Es tremendo, no hay un hueco libre, aves ocupando cada centímetro cuadrado de la isla.
Cualquier palabra que diga no conseguirá describir lo ahí se ve, hay que ir y vivirlo.
De Bass Rock fuimos a May, un viaje alucinante, la lacha semirrígida a toda pastilla, un arao aliblanco por ahí, otro por allá, frailecillos a estribor, otros volando sobre nuestras cabezas, alcatraces picando por todos lados, no sé, ya solo el viaje merece la pena, superemocionante.
¡Pero desembarcar es ya la repera!
Como un sueño fue llegar a la isla, la entrada a la cala donde desembarcaríamos increíble.
May no es tan abrupta como Bass Rock, es un isla como más “dulce”, con unas praderas infestadas de conejos, miles de ellos y con acantilados llenos de vida. Las praderas son usadas por los frailecillos para nidificar, en madrigueras que hacen o aprovechando alguna de conejo. Unas 45.000 parejas han criado este año.
Había frailecillos por todos lados, unos posados en las rocas, o en las praderas, descansando, esperando recuperar fuerzas para salir hacia el mar en busca de alimento, otros partían de la isla en busca de peces, y otros llegaban como flechas hacia sus madrigueras para alimentar a sus pollos. Nosotros llegamos algo tarde, la mayoría de los pollos habían saltado hacia dos semanas,
y ya se los veía nadar en el mar. Pero aun quedaban algunos dentro de las madrigueras. ¡Tremendo espectáculo!.
Como tremendo era ver los acantilados repletos de ejemplares de gaviota tridactila Rissa tridactyla o de alca común Alca torda, también de cormorán moñudo Phalacrocorax aristotelis , etc, y todas cercanas a nosotros, hasta con una cámara normalica como la mía se consiguen fotos más que decentes.
Vimos algún charran ártico Sterna paradisaea, unas 250 parejas se reproducen en la isla, o lo intentan, su pollos sufre una predicción brutal, creo que nos contaron que este año solo había salido adelante un pollo. También algunos ejemplares de eider común Somateria mollissima, no estaban ya con plumaje nupcial, pero me molo verlos. Y focas grises Halichoerus grypus , la de ganas que tenía yo de ver estos bichos. Y fulmar Fulmarus glaciaris, ¡que bonitos!.
Las horas que estuvimos en la isla se nos pasaron volando, embelesados como estábamos, prácticamente sin saber a dónde mirar, porque en todas partes habías algo que ver, el tiempo transcurrió raudo y veloz.
El viaje de vuelta, hacia North Berwick, donde el Scotish Sea Bird Center tiene su sede fue increíble. Todos saboreábamos el espectacular día que habíamos tenido, yo no podía hablar, solo pensar en todos los momentos vividos.
A lo mejor parece que estoy exagerando, los que habéis estado sabéis que no, no hay palabras para lo que se ve en esas islas. ¡Ya estoy pensando en cuando volver!.
Pues eso, he acabado. Otro día contare algo de otro de los sitios visitados.
Chauu.





















1 comentario:

  1. guau menudo viaje que envidia haber si el año que viene puedo ir un saludo

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