En la naturaleza la relación entre la vida y la muerte es a lo mejor más intima que en “nuestro mundo”, conviven perfectamente, sin aparentes dramatismos ni sentimientos desbocados. O eso nos parece.
Esta mañana en la laguna de Pétrola he visto dos acontecimientos que no por haber visto anteriormente me han llamado menos la atención.
La laguna está llena de pollitos, de montones de especies, unos ya corretean siguiendo a sus padres en la búsqueda de alimento o resguardo: cigüeñuela Himantopus himantopus , avocetas Recurvirostra avosetta, chorlitejo chico Charadrius dubius , etc. Otros ejercitan sus músculos de vuelo, incluso ya los hay que vuelan: tarro blanco Tadorna tadorna, gaviota reidora Chroicocephalus ridibundus , etc.
Mirando hacia la laguna desde el coche he visto corretear a dos metros de donde yo estaba 3 pollitos de cigüeñuela. Diminutos, preciosos, como peluches, daban ganas de cogerlos y llevárselos a casa. Por ahí andaban tranquilos, alimentándose de los pequeños insectos que se movían sobre el agua. Atentos, vigilantes, los padres no se perdían un movimiento de su prole. VIDA.
Unos 200 metros más allá observo como un nutrido grupo de focha común Fulica atra se apelotona como suelen hacer cuando el peligro les acecha. No tardo en averiguar quién ha causado el miedo del grupo. Una ejemplar adulto de gaviota patiamarilla Larus michahellis busca alimento. El numero y el estar juntos da cierta seguridad al grupo, pero a veces alguien se despista. Un pollito de focha no ha llegado a tiempo al grupo, esta a una decena de metros de él, y la gaviota ve su oportunidad. Se lanza varias veces sobre él, pero sin ir directamente a por el pollo. Lo está cansando. Cada vez que se acerca la gaviota la pequeña focha se sumerge buceando buscando la cercanía del grupo, pero el grupo también se aleja buscando la seguridad de la vegetación. Cada vez los buceos del pollito duran menos, se está agotando. Un adulto que identifico como progenitor sale de vez en cuando en su búsqueda, intentando defenderlo. Pero sin mucha dedicación. En el grupo ha dejado otros 2 pollos, si defiende al pollo solitario, abandona a los otros 2. Elige, y elige la seguridad en el grupo y la de los otros pollitos. La gaviota sigue su plan, no parece que este actuando así por primera vez. Sin mucho esfuerzo está agotando al pollo. En un momento decide que ya es la hora, se posa sobre el agua, justo donde vi sumergirse por última vez a la focha. La gaviota espera, y al poco sumerge la cabeza, cuando la saca a la superficie ya tiene en el pico a su presa. MUERTE.
La gaviota no ha hecho eso de manera gratuita, seguramente el pollo será el alimento de los suyos.
Todo en unos metros, en unos minutos, y sin llamar la atención del resto de los habitantes de la laguna. Escenas que se repiten todos los días a todas las horas en Pétrola.
Seguramente la próxima vez que vuelva a Pétrola no vea a esos 3 pollitos de cigüeñuela. Es posible que alguna haya servido de alimento a alguna de las gaviotas patiamarillas que están criando en ella, o a lo mejor ha sido alguna de los miembros de las 3-4 parejas de aguilucho lagunero occidental Circus aeruginosus quien los ha cazado para alimentar a sus polluelos o a la hembra que incuba.
La naturaleza es así, no tiene sentimientos, y no hace las cosas gratuitamente, todo tiene un porqué y una razón de ser.
Vaya un peñazo os he soltado, os parecerá obvio lo que he dicho, pero el decirlo tiene su explicación.
Saludos.
lunes, 20 de junio de 2011
Vida y muerte
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Pues a veces lo obvio también hay que decirlo. Y me parece que lo has dicho muy bien.
ResponderEliminarDomingo
Me parece, Rafa, que te estás convirtiendo (si no lo eras ya) en uno de los "grandes contadores de las cosas de la naturaleza".
ResponderEliminarGracias por contárnoslas.
Interesante reportaje Rafa, en el ejemplo del polluelo de focha y de la gaviota muestras perfectamente lo dura que puede ser la naturaleza para algunos. Un saludo!
ResponderEliminarMuchas gracias!!!
ResponderEliminar