Barranco el río Dulce, La Cabrera

Hooola…

Ayer por la tarde salio el sol en Sigüenza. Desde que estoy currando en estas tierras no había visto más que el cielo gris, o blanco, lluvia o nieve. Así que tras comer, y a pesar de estar reventado de currar en el monte, me anime y salí de casa con ganas de andurrear por estos campos y de que el sol me diera en la cara, que me estoy quedando mustio este invierno.

Pintaba bien la tarde, ademas tenia muy buena compañía, Mara. Acostumbrado a la fuerza a andar solo por el campo se agradece tener alguien que te acompañe, y si no es un humano, ¿que mejor compañía que la del mejor amigo del hombre?.

Tras recoger a Maruski puse el coche rumbo a La Cabrera, una pedanía de Sigüenza en pleno Parque Natural del Barranco del río Dulce. La verdad es que soy un privilegiado, tengo la naturaleza nada mas salir de la puerta de casa, recorriendo escasos metros me inunda lo silvestre, jajaja. Espero poco a poco irme acostumbrando a este sitio y disfrutando de el.

Pues eso, llegamos a La Cabrera que como ya os he dicho esta en el Barranco del río Dulce, un enorme tajo que el río le ha hecho a las altas parameras que predominan en esta parte de Guadalajara.

Hay un camino señalizado que recorre el barranco, y me decido por hacer el tramo que une La Cabrera con Aragosa. A pesar de las copiosas lluvias y abundantes nieves el camino esta en buen estado, no hay mucho barro. Da gusto ir caminando junto al río que baja muy crecido, con los rayos del sol que calientan mi cara, con las carreras de Mara, y rodeado de pajarillos que como yo parece que se animan con el sol. Veo algún bandete de Escribanos Soteños (Emberiza cirlus), algún Escribano Montesino (Emberiza cia) reclama entre los matorrales, un Pico Picapinos (Dendrocopos major) tamborilea, los Carboneros Comunes (Parus Major) cantan como locos y en las laderas veo pasar algunos Zorzales Reales (Turdus pilaris), tambien escucho algún Charlo (Turdus viscivurus). Andar aquí es cómodo, acostumbrado a estar todo el día monte arriba, monte abajo, mas que andar parece que deslizo, jajaja.

Mara me hace una muestra, como si fuera un perro de caza el instinto que lleva dentro le sale, y me marca algo, se pone a ladrar, y sale corriendo como una flecha. Yo se que ha visto, pero aun no lo veo, la sigo esperando ver lo que Mara me quiere mostrar, Buitres Leonados (Gyps Fulvus). Al menos 90 Leonado ciclean en una de las laderas del barranco. Parece que todo el mundo esta contento por estos lares con la salida del sol. Una cosa que me pregunto, y que me respondo a mi mismo, es el ¿porque hay aquí tantos buitres?. En Albacete hay mucho más hábitat propicio para la especie, tenemos cañones fluviales que empequeñecen al río Dulce. Supongo que años de persecución a la especie por parte de mis paisanos, y la falta de alimento hacen que donde debería haber Buitres Leonados en abundancia, apenas los haya.

Paso un rato observando las evoluciones de esta enorme carroñera, me maravillan, me dan una envidia tremenda, ¡que facilidad para volar!.

Poco después observo una flecha con el rabillo del ojo, me giro, dirijo mis prismáticos hacia allá y observo un ejemplar adulto de Halcón Peregrino (Falco peregrinus). Le veo picar dos veces y después lo pierdo entre unas encinas, seguramente algun pajarillo ha pasado a mejor vida.

Ya llevo un buen rato andando, y como se que no voy a llegar a Aragosa, me decido a darme la vuelta antes de que se me haga de noche. La vuelta no es aburrida, paso por los mismo sitios, pero la luz no es la misma, todo cambia, el campo nunca es igual.

Mara y yo decidimos que es hora de jugar. Le tiro piedras que ella me devuelve, y me lanza con habilidad para que yo se las vuelva a tirar, jejeje, no se si soy yo el que juega con ella, o ella la que juega conmigo. El caso es que nos lo pasamos bien, muy bien. De repente Mara vuelve a marcar, algo esta viendo, esta algo mas adelantada que yo y no veo lo que sus ojos están observando. No son buitres, su cabeza apunta a unas Encinas, esta asustada, marca pero lloriquea. Viene hacia donde estoy yo, a protegerse, y entonces oigo un trote pesado, y veo pasar por el camino un enorme macho de Ciervo (Cervus elaphus), ¡menudo bicharraco mas hermoso!.

Mara esta asustadilla, así que tengo que hacer algo para que se le olvide la presencia del Ciervo, tampoco es difícil, una rama, la lanzo, corre tras ella, se entretiene jugueteando con ella, jajaja. ¡Que facilidad para olvidar un susto!, ya me gustaría ser así, y olvidar lo malo con tanta facilidad.

En fin, vamos acabando el camino, volviendo a La Cabrera, y dándole gracias al Sol por habernos dado una tarde tan entretenida.

Subimos los dos al coche, de vuelta a Sigüenza. Mara se duerme rápidamente, seguro que esta soñando con los Buitres, o quizás con el Ciervo, ¡esta agotadica de tanta carrera!.

Y esto es todo lo que dio la tarde, quizás os parecerá poca cosa, a mi desde luego me alegro mogollón.

Nos vemos pronto.