lunes, 3 de agosto de 2015

Ojitos que brillan de noche

Buenas…

Cyrtauchenis walckenaeri
La madrugada del 1 al 2 de agosto, Guillermo García-Saúco, Jess Stokes y el que escribe, quedamos en Chinchilla de Montearagón para bichear por la Sierra Procomunal. Y es que nos gusta mucho bichear de noche.
A mi particularmente me parece mágico, eso de salir de noche y descubrir ojitos que brillan a la luz de los frontales, tiene algo de misterioso. La cantidad de seres ocultos por el manto de oscuridad que saben de nuestra presencia, pero que nosotros a duras penas somos capaces de localizar.
La salida no empezó muy bien, hacia mucho viento, y quizás esto hizo que la mayoría de los bichejos estuvieran más ocultos de lo habitual.
La
Gluvia dorsalis
primera mitad del rato que pasamos por ahí prácticamente solo vimos ejemplares pequeños de Lycosa hispanica y de Hogna radiata, dos de las más grandes arañas que se pueden ver en la Península Ibérica, luego veríamos otra de las grandes, Cyrtauchenius walckenaeri, una criatura tan “acojonante” como hermosa. Mas adelante, aparecieron algunos ejemplares ya de buen tamaño, de esos que llegan a aparecerse en las pesadillas de los mas temerosos. También vimos al principio un pequeño ejemplar de Gluvia dorsalis, un solifugo, otra de esas maravillas que guarda nuestra fauna, y que por su aspecto es repudiada por muchos (no es rara verlas pisoteadas en algunos de las vías verdes de Albacete). El solifugo estaría de cacería, son nocturnos, su nombre lo indica, odian el sol. De hecho hay gente que cuando los ve de día piensa que les atacan, cuando lo que hace el solifugo
Lycosa hispanica
es buscar la sombra que generamos para refugiarse del sol.
Vimos más arácnidos, un bonito ejemplar hembra de Uroctea durandi que a duras penas dejo fotografiarse, y una Argiope lobata que zarandeada por el viento en su tela de araña fue imposible de fotografiar decentemente Mas cosicaaaas!!. Por el camino apareció una mantis, Rivetina baetica, un macho creo, que me hizo mucha ilusión ver. Pero justo en ese momento apareció un escorpión, Butthus occitanus que desvió el punto de atención, y claro, cuando acabamos de retratar el escorpión, Butthus occitanus, la mantis había decidido que ya éramos muchos en ese rincón y se piro, no dejándose hacer más que un par de fotos.
Butthus occitanus
Unos ojos rojos en la oscuridad llamaron la atención, enormes. Cuando apenas estábamos a 5 metros de ellos salieron corriendo, una liebre, jeje. También apareció esa noche un jovenzuelo lagarto ocelado, Timon lepidus, que bonito!!. Como bonito era el ejemplar de langosta migratoria, Locusta migratoria que también apareció en medio del camino.
Vimos más cosillas, que ahora no recuerdo, pero faltaron otras que era previsible haber visto.
Pronto volveremos a buscar criaturas nocturnas.
Chauu.



Gluvia dorsalis

Lycosa hispanica

Lycosa hispanica

Lycosa hiscaina

Locusta migratoria

Uroctea durandi

Hogna radiata

Hogna radiata

Timon lepidus

Timon lepidus

Rivetina baetica

Rivetina baetica

Cyrtauchenis walckenaeri



2 comentarios:

  1. que guayy, me gustan todos los bichos!

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  2. Ya me gustaría a mi bichear y grabar cantos por las noches de Iberia que pasada un apunte: La Locusta migratoria en realidad es Oedaleus decorus, la Rivetina es muy interesante por su distribución, recientemente aparece citada :

    http://graellsia.revistas.csic.es/index.php/graellsia/article/view/525/601

    Saludos

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