El pasado fin de semana, días 21, 22 y 23 de abril, tuvo lugar la III Quedada de “Fauna y Flora de Albacete”, un grupo de FB que tiene como afán, conocer y valorar la riqueza faunística y vegetal de nuestra provincia. Y como en las dos anteriores ocasiones tuvimos como centro de operaciones el Albergue Rural de San Francisco de Alcaraz, establecimiento que nos ofrece todas las facilidades y comodidades del mundo a buen precio, en un entorno histórico y natural excepcional.
La tarde del 21 poco a poco fuimos llegando los participantes de la Quedada, más alguno que se incorporo al sábado por la mañana. Una pena que algunos de los que pensaban asistir al final no pudieran acompañarnos, les esperamos para la próxima. Pero de todas formas quedo un grupo majo, muy variopinto, y que espero se vuelva a reunir en otras ocasiones.
La quedada empezó bien, a la hora de cenar, por consejo local, nos acercamos a la piscina municipal. Y para allá que nos fuimos. Resulta que
inauguraban la temporada, con apertura del bar de la piscina, y había comida y bebida gratis. Así que, aprovechamos, y tras una jarra de cerveza, vino otra, y con ellas tortilla de patatas, carne… Pero había hambre, y tras la parada en la piscina, nos subimos a la espectacular plaza de Alcaraz para comernos unas ricas tostas de jamón y queso en el bar de Pascual, regaditas convenientemente.
Y tras estar de charla un rato largo, valorando hacer excursión nocturna o no, se tomo la sabia decisión de tornar a nuestro alojamiento y para allá que nos fuimos. Y rápidamente, al menos yo, con el roce de la sabana en cuanto me tape, perdí el conocimiento.
Por la mañana habíamos pensado irnos de excursión al Calar del Mundo. Pero ante no dimos un garbeo por la churrería de Alcaraz para hincharnos
(porque eso es lo que hicimos) a churros. Y de momento por lo que veo mucho beber y comer, pero poco bicheo, jajajjaja.
Y nos pusimos en marcha, con parada en Riopar pues habíamos quedado con Maria ahí, que nos iba a acompañar ese día, y porque había que comprar unos bocatas para pasar el día. Y de ahí, a la Fuente de las Raigadas, desde donde subiríamos a la Cañada de los Mojones para llegar al mirador de los Chorros, un espectacular “balcón” un centenar de metros por encima de la Cueva donde nace el río Mundo.
Enseguida nos pusimos a ver cosas, que si un enorme tejo por aquí, que si unas peonias por allá, y distintas “verduras” de todo tipo (lo mío no es la flora, pocos botánicos en esta quedada) que daban muestra de la enorme riqueza botánica del Parque Natural de los Calares, mas de 1.300 especies, algunas de ellas endémicas.
Pasear por la Cañada de los Mojones, recorrer el enorme polje por el que pasa la vía pecuaria e espectacular, solo pensar en la de millones de años que hay detrás de la formación de ese singular espacio da vértigo. La de agua que ha debido correr por ahí para disolver la caliza y hundirla de esa manera (4 kms de largo por unos 600 metros de ancho).
Tenía yo especial ilusión en que nos encontráramos con algunas orquídeas, pero como en la mayor parte de la Península, el agua ha faltado, y la floración ha sido escasa, solo encontramos un grupito de Orchis morio.
En cuanto a aves la cosa fue bien, aunque podría haber ido un pelín mejor. Vimos a los habituales de la Cañada de los Mojones, buitres leonados, águilas calzadas, busardos ratoneros, culebreras europeas, aunque nos faltaron águilas reales. Pero bueno, no todo puede ser.
En cuanto a “pajarillos” tampoco estuvo mal la cosa: carbonero garrapinos, común, herrerillo común, agateador común, mitos, escribano soteño, montesino, pinzón vulgar, trepador azul, petirrojo, verdecillos, verderones, cuervos, cornejas, chovas piquirrojas, etc…
Uno de los puntos más espectaculares del Parque Natural es el mirador que hay sobre el farallón del que nace el río Mundo. A unos 200 metros sobre la cueva de la que mana hay una conmovedora visión del circo que forma, sobre el bullicio de decenas de personas que visitan desde abajo el nacimiento, desconocedores de lo que se pierden al no llegar arriba. Las vistas del Padroncillo, de la Cuerda de las Almenaras, de los
Picos del Oso, son brutales.
De ahí vuelta hacia los coches, con parada para comer en un prado bajo enormes pinus nigra, que yo aproveche para seguir buscando orquídeas sin éxito, aunque “tropezando” con un par de bonitos ejemplares de la mariposa Zerynthia rumina, y con un grupito de cabras monteses a las que sorprendí sesteando.
Volviendo a los coches nos volvieron a sobrevolar algunos buitres leonados, alguno de sobrevolándonos bastante cerca.
Ya en los coches, no despedimos de María, que se quedaba en Riopar, y no pusimos rumbo al Estrecho del Hocino, espacio natural declarado fundamentalmente para conservar un endemismo botánico en delicado estado, Coyncia rupestris, y que también tiene unos valores geológicos la mar de interesantes, siendo junto al Relumbrar y algún pequeño afloramiento mas, lo único cuarcitico en una provincia donde casi todo es
calizo.
Nada más llegar vimos en la lejanía un ejemplar de águila real, vecino del lugar. Además algún avión roquero, roqueros solitarios, lavandera cascadeña, y cabras monteses, algunas alimentándose con tranquilidad, otras asomadas a sus balconadas, como la vieja del visillo, atentas a lo que se movía por el lugar, en este caso nosotros.
A esas alturas la gente ya iba estando cansada, y nos volvimos hacia Alcaraz, donde unos se quedaron a descansar en nuestros alojamientos, y otros nos fuimos a la Microreserva de la Molata y los Batanes, para dar otro paseico. Por la noche cena, esta vez en el restaurante Alfonso VIII, paseo nocturno por el pueblo, y a la cama, aunque algunos lo retrasamos un poco mas tomando algo en la Regateria. Yo, dormí como un bebe.
El domingo cantaban en Alcaraz las que para mi eran las primeras oropéndolas del año, mientras yo intentaba fotografiar, con poco éxito, un picapinos que utiliza diariamente el arbolado del jardín del albergue para alimentarse.
La mañana del domingo estaba dedicada a la Sierra del Relumbrar. Aunque paramos antes en el Restaurante Flores de Villapalacios para desayunar y reservar sitio para comer.
Esta parada, y que la verdad no madrugamos mucho, ni poco, jajaja, tuvieron algo que ver en que llegáramos ya bien entrada la mañana en el Relumbrar, y no observáramos algunos de los vecinos mas tempraneros.
A esto hubo que sumar un par de circunstancias que hicieron que la mañana fuera un pelín decepcionante. La ya antes mencionada falta de agua, más patente en el Relumbrar que en otras zonas, que ha hecho que este todo lo vegetal como agostado. Y el que esos días ovejas se hubieran puesto a parir al unisonó por todos lados, con lo que buitres leonados y negros debían estar en suelo, dispersos, poniéndose como el “Kiko”. En toda la mañana observamos un par de buitres volando mas o menos a la altura de la Estación Espacial.
Tuvimos un par de encuentros lejanos con águilas imperiales, adultos y pajizo, pero breves, y eso, leeejaaaanooos. Sin embargo un poco después si pudimos verlas mejor, incluso oírlas “cacarear”. También una culebrera lejana, y un par de calzadas. De vez en cuando escuchamos las recién llegadas oropéndolas, algunas currucas (cabecinegra, rabilarga, carraqueña). Alguna horda de rabilargos, siempre escandalosos e inquietos.
Gorriones morunos, aunque vistos brevemente. Y junto a ellos: alcaudón común, real, collalba gris, trigueros ( a decenas), mosquitero papialbo, grajillas, chovas piquirrojas, verdecillos, verderones, pinzones vulgares, jilgueros, pardillos, cogujadas montesinas, etc….
En el agua una culebra viperina, galápagos leprosos, y excrementos de nutria. En cuanto a plantas, las jaras en flor, como si fuera en mayo, cantuesos, y algunas especies de orquídeas (orhis papilionácea, speculum y lutea).
En cuanto a invertebrados lo mas interesante fue un ejemplar de Apteromantis aptera.
No dio mucho tiempo a más, entre que llegamos tarde, y que teníamos reservado para comer pronto, eso fue todo, que vistas las circunstancias, tampoco está mal. La comida como he dicho antes en el Restaurante Flores, y de ahí, al albergue, a descansar un poco y hacer equipaje, y a media tarde cada
mochuelo a su olivo, olivos que en algún caso estaban alejados.
Y creo que voy a ir terminando, primero de todo agradeciendo a la gente de la Asociación del Ecomuseo de Alcaraz y del Albergue Rural San Francisco (Sole y Juani) lo bien que nos tratan siempre. Y a los compis del grupo de Fauna y Flora que asistieron a la quedada, espero que coincidamos en otra de estas, y que salga un poquito mejor. Gracias a Maria, Ana, Antonio, Paula, Joaquín, Jose David, Paki, Jesus, Rafa, Lourdes por el fin de semana.
Y ya está, hasta otro rato. Chauu
Fotos de Paki, Jesus, Joaquín, y un servidor.
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