No soy creyente, más bien son bastante ateaco. Para creer tengo que ver, o ver pistas, pero ni veo ni encuentro pistas por ningún lado.
Pero respeto las distintas creencias, mientras respeten. Y respeto la coherencia y el interés general, que no particular.
Recientemente se publicaba la encíclica “Laudato si” del Papa Francisco. Un Papa, que de lejos parece coherente en casi todo lo que trata (esto no es una pista de esas que me va hacer creer).
Esta encíclica es una llamada de atención ante el progresivo deterioro de la casa común, la Tierra, que no solo produce graves problemas medioambientales, si no sociales, económicos, etc. Vamos!, que si nos cargamos el planeta nos vamos todos al Cielo, al Valhalaa, o a donde diga cada religión que van sus muertos (por supuesto que nada de reencarnación, no habrá en que reencarnarnos).
No acabo más que empezar a leerlo, y me parece interesante, bastante, y muy coherente, a pesar de estar adornado de la prevista parafernalia católica. Pero la Encíclica viene a decir lo que cada vez mas (aunque poco a poco) pensamos. Hay que respetar la Tierra, abusar menos de ella, de los que la habitan, ser sostenibles, decrecer, cambiar el modelo, etc.
Estaría bien que esos políticos que aprueban proyectos tan nefastos medioambientalmente hablando (para sus católicos bolsillos desde luego tienen resultados muy positivos) se leyeran la encíclica, la interiorizaran y la llevaran a la práctica. Que esos grandes empresarios que expolian sin medida los recursos del planeta mientras esclavizan a sus trabajadores hicieran lo mismo. Que todos a los que se les llenan la boca de Dios y de los distintos Santos y Vírgenes hicieran eso. Y que la misma Iglesia que nos quiere evangelizar tratando temas que ni les va ni les viene, metiera caña con este asunto, que es el mas importante, porque en ello nos va la vida a todos los seres vivos de este Planeta.
Os dejo abajo la encíclica, por si os apetece echarle un vistazo, y queréis compartirla entre vuestros semejantes. Evangelicemos compañeros.
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