
Buenas…
Uno se va cansando de patos, Gualdos y demás bichos acuáticos, que si, que molan, que son muuu bonicos. Pero la cabra tira al monte, y a mí lo que me tira es la montaña, así que aunque seguiré haciendo visitillas a Pétrola y demás humedales albaceteños, creo que va llegando la hora de centrarse en la montaña.
Y para empezar la desintoxicación de humedales no hay nada mejor que irse al Calar del Mundo, uno de los macizos cársticos más importantes de España. La idea ya la tenía yo en mente, subir estas Navidades, pero la compi de la SAO Chelo, acabo animando a la gente y poniendo la fecha. Así que con fecha, gente y ganas, no quedaba otra cosa que ponerse en marcha.
Al Calar del Mundo ya he subido muchas veces, por distintos sitios, en distintas épocas del año, con diversa gente, así que cada ruta por esas tierras es distinta, son distintos los colores de la vegetación, los de la roca, las aves que ponen la banda musical de la ruta, las conversaciones con la gente, todo es nuevo cada vez que se sube.
El día señalado para la ruta fue el pasado domingo día 26, y comenzó como empiezan habitualmente nuestras actividades, con chocolate con churros.

Salimos de Albacete (con -8ºC) Julia, Siro, Javi, David, Victor, Gloria y su hermana, Miguel, Chelo, Juanito y yo mismo rumbo a Riopar donde recogeríamos a otro miembro de la expedición, el otro Rafa. Ya en ruta, al pasar Elche de la Sierra y tener las primeras vistas del Calar nos dimos cuenta de que íbamos a tener un aliciente más en la ruta, aunque era algo previsible, nieve, mucha nieve. Tras recoger a Rafa Martínez pusimos rumbo a Siles, ya en Jaén, desde donde sale la pista que nos llevaría a nuestro destino. Por la pista trascurre el PR-A78, que nosotros seguiríamos en parte, hasta su desvió hacia el Puntal, donde dejaríamos los coches y comenzaríamos nuestro paseo. Pero llegar a este punto fue delicadillo, conforme cogíamos altura la nieve apareció en la pista, poco a poco la capa blanda se puso más espesa, y en algunas zonas de umbría la nieve congelada dificultaba conducir, lo hacía peligroso. Yo habría dejado el coche abajo, pero Rafa Martínez no parecía tener ganas de andar mas de la cuenta y siguió hasta arriba, y todos detrás de el, acojonaicos, por lo menos yo. Cuando llegamos al punto previsto de inicio la ruta y

Comenzamos a andar, el camino estaba nevado, unos 10 centímetros, nieve pisoteada en el primer tramo del recorrido por un coche que oso llegar hasta allá. Después sobre la nieve, mientras avanzábamos solo se veían las huellecillas de los residentes del Calar, huellas de roedores, de Zorro, de Ciervo, de Jabalí y demás bichejos. Mientras caminábamos algunos pajarillos, pocos, delataban su presencia con sus trinos, supongo que la mayoría habrían ido a zonas más bajas buscando zonas libres de nieve donde alimentarse. Así pudimos escuchar ejemplares de algunas especies: Carbonero Garrapinos (Parus ater) y Común (Parus major), Pinzón Vulgar (Fringilla coelebs), Trepador Azul (Sitta europea), Herrerillo Capuchino (Parus cristatus ) y alguna especie más que seguro algún compañero me recordara después. Da gusto pisar la nieve, el crujir de la nieve bajo las pisadas tiene algo que mola mucho. Y mola mucho también el ver delante de nosotros todo el

En Pozo Romero hicimos una paradilla, estuvimos viendo el pozo, la charca helada, y contemplando un par de Buitres Leonados (Gyps fulvus) posados sobre Peña Marranera, justo antes de parar pude ver un Mirlo Capiblanco (Turdus torquatus). Seguimos andando, pero no mucho mas, como algunos estaban cansados, decidimos variar la ruta, no llegaríamos al Puntal de la Escaleruela, nos conformamos en subir a Peña Marranera, como los Buitres que vimos antes, para desde ahí ver la brutal imagen de la Sierra de Albacete y Jaén, bueno, y Granada, porque al fondo, también nevada, asomaba la Sagra, enorme con sus casi 2.400 metros. Delante de nuestras narices, la mole del Calar de la Sima, el Mentiras en todo lo alto. A

Com

Continuamos, y llegamos a los coches, algunos parecía como si sus coches fueran los salvavidas que se les lanzan a los náufragos. No habíamos andado mucho, algo más de 8,5 kilómetros, pero la nieve había agotado a los menos preparados, eeeeh!, y no quiero señalar, jajajaja.
Yo mientras terminaba de llegar la gente más rezagada, pensé en la próxima ruta, lo tenía claro, así que ya en el nuevo año, el día 2, al Calar de la Sima, decidido, bonita manera de empezar el año.
Y después de pensar esto, me puse a pensar que había que bajar de nuevo por la pista helada, y bajar por hielo es más complicado que subir, que ¡¡¡¡miedoooo!!!!. El coche me culeo unas cuantas veces, una se me atravesó más de la cuenta, pero llegue abajo

Así que contentos, algunos cansados, otros reventados, pusimos rumbo a Riopar donde paramos a tomar algo liquido, cafetillos y demás, aunque la cosa se lio, que si un bocata de salchichas, que se ponme un pincho de tortilla, que si yo quiero otro, y a mí que me da envidia y me da por zamparme otro, jajaja, ¡¡como zampamos en la SAO!!.
Ya acabo, me ha quedado esto largo, espero no haber aburrido.
Aquí os dejo mas fotos.
Deseo que estéis pasando unas felices fiestas, y que el 2011, al que ya le queda poco para llegar, os traiga lo mejor.
Saludos, y hasta dentro de un rato.
Deseo que estéis pasando unas felices fiestas, y que el 2011, al que ya le queda poco para llegar, os traiga lo mejor.
Saludos, y hasta dentro de un rato.
Un precioso relato, un paraje epectacular, sin duda uno de esos lugares que tantas veces debo haber visitado en mis sueños y sueño poder conocer algún dia en directo. Me identifico especialmente la frase: "Pero la cabra tira al monte, y es ver una montaña y todo lo malo se me olvida, debí nacer montaña, o al menos pedrusco". Creo que debiste leer mis pensamientos, Rafa, porque la podría haber escrito yo.
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